PALS GIRONA

Pals, en Girona, al lado del Mar Mediterráneo.
Bienvenidos a Pals, un pueblo que ha sobrevivido al paso de los años, manteniendo la esencia medieval y en plena Costa Brava. Nos encontramos con él, a pocos kilómetros de la costa, en medio de grandes llanuras. El casco histórico se eleva en mitad de la colina, haciéndola destacar en ese paisaje vegetal. Su vegetación es frondosa y rica en colores. Esta construcción destaca en medio de esa naturaleza, como si hubiera salido de la nada.

En cuanto entramos, lo primero que destaca, por no decir, que es lo que más se ve a distancia, es el Castillo de Pals, que corona el pueblo, desde la cumbre. Lo que más destaca en esta construcción, es la Torre de las Horas o Torre del Homenaje, de 15 metros de altura. Era un campanario en el siglo XV, pero anterior a esa época, era una construcción hecha para la defensa del pueblo. Encontraremos los trozos de muralla que se han mantenido casi intactas, a pesar del paso de los siglos. Aún hay cuatro torres, de planta cuadrada, que se encuentran en perfecto estado, lo cual hace que el conjunto medieval, funcione aún mejor.

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¿Cansados de pasear por el tiempo? El estómago me ruge y me pide comida de la localidad para reponer fuerzas. Podemos pasear bajo los diferentes arcos y callejuelas. Siempre hay algún restaurante que te ofrecerán productos de tierra y mar, gracias a la cercanía del bosque y el mar. Así que tienes para elegir. Pero yo me decantaría por sus exquisitos arroces.

Una vez más, nos perdemos en un pueblo que ha permanecido intacto al paso del tiempo. Con las energías renovadas, debemos seguir con nuestro camino, pero vosotros, podéis empezar a planear vuestro viaje a Pals. Perdeos por las calles y descubrid lugares que ni siquiera, menciono aquí.

Si visitar cada uno de estos puntos, te abruma y quieres algo más de calma, puedes simplemente, pasear tranquilamente por la villa y dejarte de llevar entre sus calles empedradas, que te conducen hasta los rincones más escondidos. Disfruta de un ligero paseo, en donde podrás admirar fachadas con ventanas ojivales, hermosos balcones de piedra, decorados y arcos de medio punto, que están repartidos por toda la zona.

A pesar de lo impresionante que son las vistas a la muralla, también tenemos que ver la Plaza Mayor o las sepulturas. También, a lo largo del camino, podremos ver arcos góticos y terminar el recorrido en la Iglesia de Sant Pere, que sobrecoge, ya que hay una fusión de tendencias arquitectónicas que no están allí, en vano. Un sobrecargado campanario de estilo barroco, una base románica, la nave es gótica… un sueño para los amantes de estos estilos, ya que Pals, ha intentado mantener lo máximo posible, los efectos de las épocas pasadas. Su construcción comenzó en el 994, imaginaos, la de épocas que han transcurrido

Tienen a sus espaldas una gran tradición, desde la época medieval, así que prueba alguno de sus arroces. Lo preparan con cualquier tipo de marisco o pescado y también queda genial con algo de caza. Pero si lo tuyo no es el arroz, siempre puedes probar un delicioso surtido de sus embutidos o algo de pollo. Sus salsas tienen un toque dulzón, gracias a frutos deshidratados.

Y de postre, no hay nada mejor que probar sus melocotones. Llenos de azúcar y energía para seguir nuestra marcha y los que tienen en Pals, puedes tomarlos a solas, al grill o como se suele preparar allí, con anchoas.